¿Sabías cuanto equivalían las 30 piezas de plata, por las que Judas traicionó a Jesucristo?
En aquél tiempo, a 4 meses de paga de un trabajador común. Por esa cantidad no solo lo traicionó sino que también lo entregó a sus perseguidores. Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle. (Mateo 26:14-16) Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ese es; prendedle. (Mateo 26:47-48)
























