La Deidad.

"Oye Israel: El Señor, nuestro Dios, el Señor uno es" (Deut. 6: 4, NRV).

Aunque otras religiones incluyen una "trinidad" en sus panteones, únicamente el cristianismo se destaca por su definida creencia en un Dios triuno, el verdadero Dios viviente (Deut. 6: 4), que existe en una unidad de tres personas distintas coeternas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las personas divinas en esta Deidad triuna son inmortales, omnipotentes y omnisapientes.

La Deidad es infinita y está más allá de toda comprensión humana. Sin embargo, se la puede conocer hasta donde ha podido revelarse. Los miembros de la Deidad se han revelado a sí mismos por medio de las obras de sus manos manifestadas en la naturaleza, en circunstancias providenciales, en la Palabra escrita, la Biblia, y en la Palabra viviente, Jesucristo. 

Las Escrituras enseñan que el Dios único existe como tres personas distintas, la Trinidad:

1. Dios el Padre: "Para nosotros, sin embargo, solo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas" (1 Cor. 8: 6). "Un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos" (Efe. 4: 6).

2. Dios el Hijo: "Porque en él (Cristo) habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (Col. 2: 9). "Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo" (Tito 2: 13).

3. Dios el Espíritu Santo: "Y dijo Pedro: Ananias, ¿porqué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo? [...]. No has mentido a los hombres sino a Dios" (Hech. 5: 3, 4). "Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu [...]. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios" (1 Cor. 2: 10, 11).

En la Biblia, las tres personas de la Deidad se presentan interrelacionandose entre sí de la misma manera que los seres humanos. Usan pronombres personales cuando hablan acerca de los demás miembros de la Trinidad (Mat. 17: 5; Juan 16: 13, 28; 17: 1). Se aman y glorifican el uno al otro (Juan 3: 35; 15: 10; 16: 14). El Padre envía al Hijo (Mat. 10: 40), el Hijo ora al Padre (Juan 17: 18), y el Padre y el Hijo envían al Espíritu Santo como su representante (Juan 14: 26; 16: 7).

Cada persona de la Trinidad tiene también una obra en particular que realizar, aún cuando las tres cooperan en actividades conjuntas, tales como la creación y la redención.

La afirmación bíblica "Dios es amor" (1 Juan 4: 8) se aplica perfectamente bien a cada una de las personas de la Deidad. El hecho que Dios sea amor desde la eternidad presupone que hay más de una persona en la Deidad. Si hubiera sido una persona en la eternidad, su amor de habría limitado a sí mismo. 

Aunque ningún pasaje bíblico concreto defina la doctrina de la Trinidad, los escritores bíblicos la dan por sentada y la mencionan varias veces. Se halla implícita en el primer capítulo de Génesis 1, donde se presenta a Dios y a su Espíritu actuando en la creación. El Nuevo Testamento aclara que Cristo también participó en la creación, específicamente como Creador (Juan 1: 3; Col. 1: 16, 17; Heb. 1: 2). Mateo 28: 19 ordena el bautismo "en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Aquí la doctrina de la Trinidad parece presentarse de un modo tal que le da fuerte énfasis como un punto de fe. 

En el bautismo de Cristo, la realidad de una Deidad triuna se hizo evidente en la aparición de las tres personas en un mismo momento. Mateo 3: 16, 17 describe a Dios el Hijo, Jesús, al ser bautizado. El Espíritu de Dios se manifestó en forma de paloma que descendió sobre él. Al mismo tiempo se oyó la voz de Dios el Padre proclamar: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia". 

Lucas 1: 35 incluye a las tres personas de la Deidad en el anuncio del ángel a María de que había sido elegida para ser la madre del Mesías: el Espíritu Santo vendría sobre ella, el poder del Altísimo la cubriría con su sombra, y el Hijo de Dios nacería de ella. 

Jesús reconoció la distinción que diferenciaba a las personas de la Deidad, cuando afirmó: "Cuando venga el consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, el dará testimonio acerca de mí" (Juan 15: 26).

La doxología o "bendición apostólica" de Pablo también refuerza esta enseñanza. En una oración dirigida a Cristo pidiéndole gracia, al Padre amor, y al Espíritu Santo comunión, el apóstol incluye las tres personas de la Deidad: " La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén" (2 Cor. 13: 14).

Únicamente por fe podemos aceptar la existencia de la Trinidad. El Dios triuno promete: "Y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón" (Jer. 29: 13).

Lectura complementaria: Deuteronomio 29: 29; Efesios 4: 4-6; 1 Pedro 1: 2; 1 Timoteo 1: 17

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