La muerte y la resurrección.

La paga del pecado es la muerte. Pero Dios, que es el único inmortal, concederá la vida eterna a sus redimidos.

Hasta ese día la muerte es un estado inconsciente para todas las personas. Cuando Cristo, quien es nuestra vida aparezca, los justos resucitados y los justos vivos serán glorificados y arrebatados al encuentro de su Señor.

La segunda resurrección, la resurrección de los injustos, tendrá lugar mil años después.

(Job 19:25-27; Sal. 146:3, 4; Ecl. 9:5, 6, 10; Dan. 12:2, 13; Isaías 25:8; Juan 5:28, 29; 11:11-14; Rom. 6:23; 16; 1 Cor. 15:51-54; Col. 3:4; 1 Tes. 4:13-17; 1 Tim. 6:15; Apocalipsis 20:1-10).

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